- Exposición: Pioneras
- Maria Skłodowska-Curie
La química y física Marie Curie (1867–1934), cuyo nombre de soltera es Maria Skłodowska, es recordada actualmente por su descubrimiento del polonio y el radio, y su investigación pionera sobre la radiactividad. En el capítulo, aprenderemos cómo Curie creció en un entorno humilde y se convirtió en la primera mujer en ganar un Premio Nobel, la primera persona (no solo mujer) en ganar dos, y la única persona en ganar un Premio Nobel en dos ciencias diferentes.
Maria Salomea Skłodowska nació en Varsovia en 1867, en el por aquel entonces Reino de Polonia, que formaba parte del Imperio Ruso. Era la menor de cinco hijos. Sus padres, Bronisława y Władysław, eran ambos profesores, y su padre impartía matemáticas y física, disciplinas a las que la propia Maria decidió dedicarse.
Maria recibió una educación generalista en colegios locales y algo de conocimiento científico de su padre. Como la educación universitaria no estaba disponible para las mujeres en esa época, estudio clandestinamente en la Uniwersytet Latający («Universidad Voladora) de Varsovia, una red educativa secreta. Sus cursos se impartían en toda la ciudad, y solían cambiar de ubicación para evitar que las autoridades rusas arrestaran a los profesores y alumnos.
En 1891, Maria siguió a su hermana mayor Bronisława para estudiar en París. En la Sorbona obtuvo dos diplomas —uno en matemáticas y otro en física— estudiando por las mañanas e impartiendo tutorías por las tardes para pagar su educación.
Tres años después en París, Maria conoció a su compañero de investigación y futuro marido Pierre Curie, que era tutor en la Facultad de Física y Química. Cuando se casaron en 1895, Curie cambió su nombre a Marie Skłodowska-Curie, prefiriendo conservar el apellido polaco en lugar de cambiarlo por el de su marido.
En París, el matrimonio Curie comenzó su revolucionario trabajo con los rayos invisibles emitidos por el uranio: un nuevo fenómeno recientemente descubierto por el profesor Henri Becquerel. En el proceso, acabaron por convencerse de que habían descubierto un nuevo elemento químico. Extrajeron un polvo blanco mucho más radiactivo que el uranio, un nuevo elemento químico que denominaron polonio (por la tierra natal de Marie).
Investigaciones más a fondo apuntaron a la presencia de otro elemento, todavía más radiactivo, que denominaron radio. En 1898, los Curie publicaron pruebas contundentes que respaldaban la existencia del nuevo elemento, pero no tenían una muestra física de él. Tras varios de un trabajo muy exigente físicamente (moler, disolver, precipitar, etc.), el matrimonio Curie logró aislar el elemento.
Por fin, Marie logró aislar el radio —como cloruro de radio— en 1902, pero el proceso de su descubrimiento había sido arduo.
La labor de investigación del matrimonio Curie entrañaba riesgos para la salud de los que no eran plenamente conscientes en ese momento. Empezaron a sentirse enfermos y físicamente exhaustos, síntomas que reconocemos hoy que son resultado del envenenamiento por radiación.
En 1903, Marie y Pierre Curie recibieron el Premio Nobel de Física, junto a Henri Becquerel, por su trabajo conjunto sobre la radiación. El mismo año, Marie aprobó su tesis doctoral en Física.
En 1906, la vida de Marie fue azotada por la tragedia cuando Pierre Curie falleció tras ser arrollado en la calle por un coche de caballos. Sin embargo, el espíritu indomable de Curie continuó trabajando. Asumió el puesto de su difunto marido como profesora de Física General en la Faculta de Ciencias, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar esta posición. También fue nombrada directora del Laboratorio Curie del Instituto de Radio de la Universidad de París, fundado en 1914.
La determinación y la excepcional labor de Marie Curie le granjeó un segundo Premio Nobel en 1911, esta vez en Química por crear un método para medir la radiactividad. Poco después, la Sorbona construyó su primero instituto de radio con dos laboratorios: uno para estudiar la radiactividad bajo la dirección de Marie Curie y el otro para la investigación biológica para el tratamiento del cáncer.
Durante la Primera Guerra Mundial, Marie Curie trabajó para desarrollar pequeñas unidades móviles de rayos X que se pudieran utilizar para diagnosticar lesiones cerca del campo de batalla. Como directora fundadora del Servicio Radiológico de la Cruz Roja, Curie solicitó donaciones a los parisinos acaudalados con el fin de financiar suministros médicos y vehículos que pudieran ser transformados.
En octubre de 1914, estuvieron listas las primeras máquinas (denominadas «pequeñas Curies») para su uso en el frente. Curie trabajó con su hija Irène, que por entonces tenía 17 años, en puestos de evacuación sanitaria cerca del frente haciendo radiografías a los heridos para localizar fracturas, metralla y balas. Curie también creó un programa para formar a mujeres en el uso de equipos de rayos X.
Marie inspiró a su hija, Irène Joliot-Curie (1897–1956), a emprender su carrera científica.
Notablemente, Joliot-Curie recibió, conjuntamente con su marido, el Premio Nobel en Química en 1935 por su descubrimiento de la radiactividad artificial. Esto convirtió a los Curie en la familia con más galardonados con el Premio Nobel hasta la fecha.
Joliot-Curie fomentó muy activamente la educación de las mujeres, con su labor en el Comité National de l'Union des Femmes Françaises y el Consejo Mundial de la Paz. Se unió a la Légion d'honneur de Francia como oficial.
Tras la guerra, Curie continuó su labor como investigadora, profesora y directora de laboratorio. Recibió numerosos premios y galardones, incluyendo el Premio de Investigación Ellen Richards (1921), el Grand Prix du Marquis d'Argenteuil (1923) y el Premio Cameron de la Universidad de Edimburgo (1931). Curie también recibió diplomas honorarios de universidades de todo el mundo.
Bajo la dirección de Curie, se realizaron los primeros estudios del mundo sobre el tratamiento de neoplasmas (masas de tejido que pueden desarrollarse de forma cancerígena) mediante el uso de isótopos radiactivos y que condujo a la radioterapia disponible actualmente para pacientes de cáncer.
Nada en la vida debe temerse, solo debe entenderse. Ahora es momento de entender más, para que podamos temer menos.
Maria Skłodowska-Curie
Marie Curie falleció en un sanatorio francés en 1934, a la edad de 66, de anemia aplásica, una enfermedad rara por la que el cuerpo deja de producir los suficientes glóbulos rojos. Se atribuyó su enfermedad a la exposición a la radiación a lo largo de su investigación científica y durante su labor en hospitales de campaña durante la Primera Guerra Mundial.
Humilde y decorosa, Marie Curie es admirada y respetada por científicos de todo el mundo. La labor de Curie no solo fue una inconmensurable aportación al conocimiento humano, sino que su vida pionera fue todo un avance para el papel de la mujer en la ciencia y la sociedad.