- Exposición: La inspiración de la naturaleza: capítulo cuatro
- Paisajes idílicos y románticos
El artista esloveno Franc Kavčič/Caucig (1755-1828) pasó su vida y su carrera en los centros artísticos importantes de su tiempo en Europa. Inspirado por la antigüedad y por el arte del Renacimiento italiano, se formó como artista en las academias de Viena, Boloña y Roma. Kavčič solía pintar paisajes idílicos y escenas de la Biblia y la mitología. Su forma de pintar estuvo influida en gran medida por pintores neoclásicos franceses del siglo XVII como Claude Gellé, llamado Claude de Lorena, y Nicolas Poussin, así como por obras tales como Paisaje ideal con un joven matando una serpiente.
En la actualidad se conservan alrededor de dos mil dibujos de Kavčič, la mayoría de los cuales se encuentran en Viena y en Liubliana. Para saber más sobre Kavčič, visita el sitio web de la Galería Nacional de Eslovenia.
Johan Thomas Lundbye (1818-1848) se inspiró en su Dinamarca natal, especialmente en la costa de Røsnæs, un paisaje salvaje y apenas explotado que conocía íntimamente. Lundbye aplicó las convenciones de la pintura neoclásica a paisajes de Dinamarca –y no de Grecia u Italia– para expresar su amor patrio y su orgullo en el arte danés.
Situado en un bello entorno, el enorme túmulo de Dolmen de Raklev, Røsnæs (1839) conecta el presente y la historia y tradiciones antiguas de Dinamarca. En el momento de su muerte a los veintiocho años, Lundbye era ya uno de los pintores románticos más célebres de su país.
Las influencias del artista inglés John Constable incluyen a Claude Gellé, llamado Claude de Lorena, y a paisajistas holandeses del siglo XVII como Jacob van Ruisdael. Su famosa obra La carreta de heno (1821) la llevó a cabo en su taller de Londres, a partir de una serie de bocetos y dibujos realizados al aire libre en Suffolk, junto al río Stour, donde Constable pasó la mayor parte de su vida.
Antes de pintar el cuadro en sí, Constable realizó un pequeño estudio al óleo de la composición definitiva, el cual se encuentra hoy en la colección del Yale Center for British Art, Paul Mellon Collection. Las fluidas pinceladas de los bocetos al óleo de Constable pueden considerarse precursoras del Impresionismo, el cual exploraremos más adelante en este capítulo. Como anteúltimo paso, Constable realizó también un boceto preparatorio al óleo a tamaño natural, que se expone actualmente en el Museo de Victoria y Alberto de Londres, para fijar la composición final.
Cuando en 1821 se expuso La carreta de heno en la Royal Academy, no encontró comprador. Pero cuando el cuadro fue expuesto en el Salón de París en 1824, Constable fue galardonado por Carlos X de Francia con una Medalla de Oro.
La pintura no es para mí sino otra palabra para decir sentir.
El estonio Eugen Dücker (1841-1916), natural de la isla de Saaremaa, trabajó durante cuarenta años como profesor de paisajismo en la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf. Los apacibles paisajes marinos con orillas ligeramente escarpadas y los horizontes bajos, como los que encontramos en Paisaje junto al mar (1875), llegaron a ser tan característicos de su obra que dieron lugar al término “horizonte de Dücker”.
A través de su actividad docente y como pintor, Dücker influyó en la pintura paisajista de varios países del norte de Europa, la cual evolucionó hacia un estilo relativamente académico y romántico. El pintor noruego Adelsteen Normann (1848-1918) fue un alumno destacado de Dücker. En 1892, Normann invitó a su compatriota Edvard Munch a unirse con él en Berlín, donde Munch pintaría El grito un año después.